Plantas prohibidas para curar enfermedades graves

Charla muy interesante de Josep Pamies, un agricultor que tiene una empresa, “Pámies Horticoles S.L. ” de Balaguer, dedicada a la produccion cuidadosa de vegetales para consumo humano bajo las tecnicas tradicionales y el respeto al medio ambiente, recuperando para nuevas ensaladas, hierbas silvestres mal denominadas “malas hierbas” por la agricultura industrial y química de estos últimos tiempos. En estos últimos años también pelean por introducir la Stevia Rebaudiana en España , un auténtico tesoro para personas con Diabetes, Hipertensión, Colestreol, Triglicéridos, Ansiedad, Obesidad, etc , con todas las dificultades concebibles , por parte de una Administración a la que no le inporta ni el sufrimiento de las personas ni el expolio del preupuesto sanitario por parte de la industria farmacéutica. Nos hace ver como las grandes industrias farmecéuticas no quieren que los ciudadanos nos enteremos de que con una buena alimentación y consumiendo este tipo de plantas, podemos ayudar mucho a nuestra salud, no solo a tratar ciertas enfermedades, sino incluso a evitarlas. Y todo para seguir atiborrándonos de pastillas y productos químicos con cuya venta se enriquecen.

Blog:  Josep Pamies Blog

Web: Pámies Horticoles S.L.

Monsanto, peligro latente

En los últimos tiempo se está hablando mucho acerca de la empresa Monsanto, pero no como una entidad a destacar precisamente. Si se habla de esta empresa es por los productos que fabrica, que pueden resultar peligrosos para la salud y muy dañinos para el medio ambiente. Y sobre como algunos gobernantes, como Cristina Kirchner, apoyan estas prácticas solamente con ánimo de lucro sin mirar más allá. Pero  ¿Quien es Monsanto?

Monsanto se presenta a sí misma como una empresa visionaria, una fuerza de la historia mundial que trabaja para aportar ciencia de vanguardia y una actitud ambientalmente responsable a la solución de los problemas más urgentes de la humanidad. Pero, ¿qué es en realidad Monsanto? ¿Cuál es su origen? ¿Cómo llegó a ser el segundo productor mundial de agroquímicos y uno de los principales proveedores de semillas en el planeta?. ¿Es Monsanto la compañía «limpia y verde» que proclaman sus anuncios, o los mismos apenas representan una operación de imagen que oculta la naturaleza criminal de la compañía?

En una Resolución del 13 de diciembre de 2004, el Comité Nacional de Etica en la Ciencia y la Tecnología (CECTE), dependiente del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de Argentina, tomó conocimiento de la convocatoria al Premio «Animarse a Emprender», instituido por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas, Educativas y Técnicas (CONICET) y la empresa Monsanto, que otorgaba 30 mil dólares al mejor proyecto en el área de biotecnología y medio ambiente, y recogió las inquietudes formuladas sobre este premio por algunos investigadores.

En atención a esas consideraciones, el CECTE estimó que es «inconveniente» que una institución pública de la ciencia y la tecnología se asocie en el otorgamiento de premios a la investigación científica o tecnológica con organizaciones o empresas que «son objeto de cuestionamientos éticos por sus responsabilidades y acciones concretas en detrimento del bienestar general y el medioambiente».

Monsanto es la compañía que introdujo al mercado la primera generación de cultivos transgénicos, convirtiéndose en el líder mundial en la promoción de biotecnología en la agricultura. Actualmente, es el mayor vendedor mundial de semillas transgénicas en Latinoamérica, Estados Unidos y Canadá. Sus cultivos representan más del 90 por ciento de todos los cultivos transgénicos del mundo. Los cultivos resistentes a su herbicida «glifosato», como la «soja RR» (Roundup Ready) y el «maíz RR», sólo promueven la agricultura industrial de insumo-dependencia. Una mirada a su historia nos dará algunas claves reveladoras, y puede ayudarnos a entender mejor las prácticas actuales de la compañía.

Un resumen de la detallada investigación realizada por Brian Tokar, autor de «Earth for Sale» (South End Press, 1997) y «The Green Alternative» (New Society Publishers, 1992), yprofesor de Ecología Social en el Goddard College, de Plainfield, Vermont, Estados Unidos, muestra una verdadera colección de atrocidades perpetradas por esta multinacional de gran ingerencia actual en Latinoamérica.

Con sede en San Louis, Missouri, Estados Unidos, Monsanto Chemical Company fue fundada en 1901 por John Francis Queeny, un químico autodidacta que llevó la tecnología de la fabricación de sacarina, el primer edulcorante artificial, de Alemania a Estados Unidos. En los años 20, Monsanto se convirtió en uno de los principales fabricantes de ácido sulfúrico y de otros productos básicos de la industria química, y desde la década del 40 hasta nuestros días, es una de las cuatro únicas compañías que han estado siempre entre las 10 primeras empresas químicas de Estados Unidos.

En los años 40, el negocio de Monsanto giraba en torno a los plásticos y las fibras sintéticas. En 1947, un carguero francés que transportaba nitrato de amonio (utilizado como fertilizante) explotó en un muelle a unos 90 metros de la fábrica de plásticos de Monsanto en las afueras de Galveston, en Texas. Más de 500 personas murieron en lo que llegó a ser considerado como uno de los más grandes desastres de la industria química. La planta producía estireno y plásticos de poliestireno, que aún se usan para envases de alimentos y otros productos de consumo masivo. En los años 80, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos (EPA), colocó al poliestireno en el quinto lugar de la clasificación de productos químicos cuya producción genera las mayores cantidades totales de residuos peligrosos.

En 1929, la Swann Chemical Company, adquirida poco después por Monsanto, desarrolló los bifenilos policlorados (PCBs por sus siglas en inglés), que fueron muy alabados por su estabilidad química y su ininflamabilidad. Su uso más frecuente se dio en la industria de equipos eléctricos, que escogió a los PCBs como refrigerantes incombustibles de una nueva generación de transformadores. En el transcurso de los años 60, los compuestos de la cada vez más numerosa familia de los PCBs de Monsanto fueron también usados como lubricantes, líquidos hidráulicos, aceites lubricantes de herramientas, revestimientos impermeables y selladores líquidos. Las pruebas de los efectos tóxicos de los PCBs se remontan a los años 30, cuando científicos suecos que estudiaban los efectos biológicos del DDT comenzaron a hallar concentraciones significativas de PCBs en la sangre, pelo y tejidos grasos de los animales silvestres.

La investigación durante los años 60 y 70 reveló que los PCBs y otros compuestos organoclorados aromáticos eran carcinógenos poderosos, y también los relacionó con un amplio conjunto de trastornos reproductivos, de desarrollo y del sistema inmunológico. La afinidad química de estos compuestos por las grasas es responsable de sus enormes tasas de acumulación y bioconcentración, así como de su expansión a través de la cadena alimenticia marina en el mundo. Aunque la fabricación de PCBs se prohibió en Estados Unidos en 1976, sus efectos tóxicos y perturbadores del sistema endocrino persisten en todo el mundo.

La relación de Monsanto con la dioxina se remonta a la fabricación del herbicida 2,4,5-T, que comenzó a finales de la década de los 40. Casi inmediatamente, los trabajadores comenzaron a enfermar, con erupciones en la piel, dolores inexplicables en las extremidades, articulaciones y otras partes del cuerpo, debilidad, irritabilidad, nerviosismo y pérdida del deseo sexual. Documentos internos muestran que la compañía sabía que aquellas personas estaban realmente tan enfermas como decían, pero la empresa mantuvo todas las pruebas ocultas. El contaminante responsable de las dolencias de los trabajadores no fue identificado como dioxina hasta 1957, pero antes de esa fecha, los especialistas en guerra química del ejército de los Estados Unidos se habían interesado por dicha sustancia como una posible arma química.

Monsanto envenenó Vietnam. El herbicida conocido como Agente Naranja, que fue usado por las fuerzas militares estadounidenses para defoliar los ecosistemas de selva tropical de Vietnam durante los años 60, era una mezcla de 2,4,5-T y 2,4-D que provenía de varias fuentes, pero el Agente Naranja de Monsanto tenía concentraciones de dioxina muchas veces superiores al producido por Dow Chemical, el otro gran productor del defoliante. Esto convirtió a Monsanto en el principal acusado en la demanda interpuesta por veteranos de la guerra del Vietnam, que experimentaron un conjunto de síntomas de debilidad atribuibles a la exposición al Agente Naranja. Cuando en 1984 se alcanzó un acuerdo de indemnización por valor de 180 millones de dólares entre siete compañías químicas y los abogados de los veteranos, la justicia ordenó a Monsanto pagar el 45,5 por ciento del total. Por supuesto, a los tribunales de Estados Unidos ni se los ocurrió que a una mayor indemnización tenían derecho la sociedad y el Estado de Vietnam.

El Roundup es el herbicida más vendido del mundo. Actualmente, los herbicidas de glifosato, tales como el Roundup, representan al menos una sexta parte de las ventas anuales totales de Monsanto, y la mitad de los ingresos por operaciones de la compañía, o quizá algo más, desde que la misma delegó sus actividades en torno a productos químicos industriales y tejidos sintéticos en una empresa aparte, llamada Solutia (en septiembre de 1997). Monsanto promociona agresivamente el Roundup como un herbicida seguro y de uso general en cualquier lugar, desde céspedes y huertas hasta grandes bosques.

En 1997, Monsanto respondió a cinco años de quejas del fiscal general del estado de Nueva York relativas a que sus anuncios del Roundup eran engañosos, cambiando sus anuncios en el sentido de borrar las referencias a la «biodegradabilidad» y al carácter «ambientalmente positivo» del herbicida. La serie de grandes multas y decisiones judiciales contra Monsanto en Estados Unidos incluyen responsabilidades en casos de muerte por leucemia, multas de 40 millones de dólares por el vertido de productos peligrosos al medio ambiente, y muchos otros episodios. En 1995, Monsanto era la quinta empresa de Estados Unidos en el inventario de vertidos tóxicos de la EPA, con millones de kilogramos de productos químicos tóxicos descargados sobre la tierra, en el aire, en el agua y en el subsuelo.

Los productos farmacéuticos de Monsanto tienen también un historial inquietante. El producto estrella de la compañía farmacéutica Searle, subsidiaria de Monsanto, es el edulcorante artificial «aspartame», vendido bajo los nombres comerciales de Nutrasweet y Equal. En 1981, cuatro años antes de que Monsanto comprase Searle, un comité consultivo de la FDA (Food and Drug Administration) compuesto por científicos independientes, confirmó informes que afirmaban que el aspartame podría inducir tumores cerebrales.

La FDA retiró a Searle la licencia de venta del aspartame, pero esta decisión fue anulada por un nuevo comisionado nombrado por el entonces presidente Ronald Reagan. En ese momento el actual secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, era el presidente de la compañía.

Un estudio de 1996 publicado en la revista científica Journal of Neuropathology and Experimental Neurology ha suscitado de nuevo la preocupación, relacionando el aspartame con un incremento súbito de cánceres cerebrales a poco de introducirse la substancia. La Unidad de Investigación sobre Política Científica de la Universidad de Sussex, Inglaterra, cita una serie de informes de los años 80, que relacionan el aspartame con un conjunto amplio de reacciones adversas en consumidores sensibles, incluyendo dolores de cabeza, visión borrosa, entumecimiento, pérdida de audición, espasmos musculares y ataques inducidos de tipo epiléptico, entre otras muchas dolencias.

La agresiva promoción que Monsanto realiza de sus productos biotecnológicos, desde la hormona recombinante del crecimiento bovino (rBGH) a la soja «Roundup Ready» y a sus variedades de algodón resistentes a los insectos, resulta a ojos de cualquier observador como una continuación de sus largas décadas de prácticas éticamente discutibles.

Originalmente, Monsanto fue una de las cuatro empresas que querían introducir en el mercado una hormona sintética del crecimiento bovino, producida por la bacteria E. coli, manipulada genéticamente para producir la proteína bovina. El esfuerzo de Monsanto, que duró 14 años, para lograr la aprobación de la FDA a la comercialización de la BGH recombinante, estuvo lleno de controversias, llegándose a denunciar un esfuerzo coordinado para suprimir información sobre los efectos perjudiciales de la hormona.

La hormona de Monsanto se aprobó por la FDA para su venta comercial a principios de 1994. El año siguiente, la Unión de Agricultores de Wisconsin, hizo público un estudio de las experiencias de los granjeros con la droga. Sus hallazgos excedieron los 21 problemas potenciales de salud que Monsanto fue obligada a incluir en la etiqueta de advertencia de su marca Posilac (nombre comercial de la rBGH). Se obtuvieron muchos informes de muertes espontáneas entre vacas tratadas con rBGH, alta incidencia de infecciones de ubres, graves dificultades metabólicas y problemas en los partos y, en algunos casos, imposibilidad de apartar a las vacas tratadas de la substancia, a la que se habían habituado.

Muchos ganaderos experimentados que usaron la rBGH tuvieron que reemplazar de repente una buena parte de sus rebaños. En lugar de responder a las causas de las quejas de los ganaderos sobre la rBGH, Monsanto emprendió la ofensiva, amenazando con demandas judiciales contra las pequeñas empresas lecheras que anunciaban sus productos como libres de la hormona artificial, y participando en una acción legal interpuesta por varias asociaciones industriales de comercio contra la primera (y única) ley de etiquetado obligatorio para la rBGH en Estados Unidos. Todo ello mientras aumentaban las pruebas de los efectos perjudiciales de la rBGH en la salud de las vacas y de las personas.

Los esfuerzos para impedir el etiquetado de las exportaciones estadounidenses de soja y maíz manipulados genéticamente, parecen indicar que Monsanto sigue aplicando las tácticas ingeniadas por la compañía para sofocar las quejas contra la hormona de la leche. Si bien Monsanto argumenta que su soja «Roundup Ready» acabará por reducir el consumo de herbicidas, el uso generalizado de variedades de cultivos tolerantes a los herbicidas significa un aumento de la dependencia de los agricultores respecto del herbicida. Las malas hierbas que aparecen después de que el herbicida original se haya dispersado o degradado, se tratan a menudo con más aplicaciones de herbicida.

Por otra parte, Monsanto ha aumentado su producción de Roundup en los últimos años. Habiendo expirado la patente de Roundup en Estados Unidos en el año 2000, y con una competencia de productos genéricos de glifosato surgiendo en todo el mundo, el «paquete» de herbicida Roundup y semillas «Roundup Ready» se ha convertido en la piedra angular de la estrategia de Monsanto para seguir aumentando sus ventas de herbicida.

Los posibles efectos ambientales y sanitarios de los cultivos tolerantes al Roundup no han sido investigados completamente; por ejemplo, los efectos alergénicos, el caracter invasivo o de mala hierba de estos cultivos y la posibilidad de que la resistencia al herbicida se transfiera vía polen a otras semillas de soja o a otras plantas emparentadas.

Mientras que los problemas con la soja resistente a herbicidas son despreciados como algo muy genérico y especulativo, la experiencia de los algodoneros con las semillas manipuladas genéticamente por Monsanto constituye una historia muy diferente.

Desde 1996 Monsanto ha sacado dos variedades de algodón manipulado genéticamente; una es una variedad resistente al Roundup, y la otra, llamada «BT», segrega una toxina bacteriana para controlar los daños producidos por plagas del algodón. La toxina, derivada del Bacillus thuringiensis (B.t.), se ha utilizado por los agricultores ecológicos desde los primeros años 70 en forma de un aerosol natural bacteriano. Pero a diferencia de las bacterias B.t., que viven relativamente poco, y segregan su toxina en una forma que sólo se activa en los sistemas digestivos de ciertos gusanos y orugas, los cultivos «BT» modificados genéticamente segregan una forma activa de la toxina a lo largo del ciclo vital de la planta.

Gran parte del maíz genéticamente manipulado del mercado es una variedad con capacidad de segregar esta toxina bacteriana, ideada para repeler al gusano de la raíz del maíz y a otras plagas comunes.

El primer problema de estos cultivos que segregan plaguicidas es que la presencia de la toxina en todo el ciclo vital de la planta favorece la aparición de cepas resistentes al B.t. entre los insectos. La EPA ha determinado que una resistencia extendida al B.t. puede convertir en inefectivas las aplicaciones naturales de la bacteria B.t. en apenas tres o cinco años, y pide a los agricultores que planten hasta un 40 por ciento de sus cultivos con algodón no manipulado genéticamente, para que sirva de «refugio» a los insectos y evitar la aparición de resistencias al B.t. En segundo lugar, la toxina segregada por estas plantas puede dañar a insectos beneficiosos, además de aquellas otras especies que los agricultores quieren eliminar.

Pero los efectos nocivos del algodón «BT» han resultado ser mucho más rápidos de lo esperado, tanto que Monsanto y sus socios han retirado del mercado más de 2 millones de kilos de semillas de algodón manipuladas genéticamente, y han acordado pagar a los cultivadores de Estados Unidos una indemnización de muchos millones de dólares. A pesar de estos problemas, Monsanto sigue fomentando el uso de la ingeniería genética en la agricultura al tomar el control de muchas de las mayores y más establecidas empresas de semillas en los Estados Unidos, controlando el 85 por ciento del mercado estadounidense de semillas de algodón.

La compañía sigue también en otros países esta agresiva política de adquisiciones de empresas y de venta de productos. En 1997, Monsanto compró «Sementes Agroceres S.A.», descrita como «la principal empresa de semillas de maíz de Brasil», con una cuota de mercado del 30 por ciento. Por otro lado, son conocidas las denuncias de importación ilegal de soja transgénica provenientes de la filial argentina de Monsanto.

Con esta larga e inquietante historia, se entiende porqué muchos ciudadanos informados de Europa y Estados Unidos se resisten a confiar en Monsanto el futuro de su comida y salud. No ocurre lo mismo en Latinoamérica.

Bajo la gestión de su presidente, Robert Shapiro, Monsanto ha apartado todos los obstáculos para transformar su imagen de un suministrador de productos químicos peligrosos en una institución ilustrada y con visión de futuro, que lucha para alimentar al mundo. Shapiro se describe a sí mismo como un visionario y un hombre renacentista, encargado de la misión de usar los recursos de la compañía para cambiar el mundo: «No es un problema de buenos y malos. No sirve para nada decir -si los malos se fueran, entonces el mundo iría bien-; es el sistema entero el que ha de cambiar; hay una gran oportunidad para reinventarlo, dice el ejecutivo de Monsanto.

El sistema «reinventado» de Shapiro es tal que no sólo continúan existiendo las grandes empresas, sino que además éstas ejercen cada vez un mayor control sobre nuestras vidas. Pero últimamente se nos dice que Monsanto se ha reformado, que se ha desprendido con éxito de sus divisiones de industria química y que se ha comprometido a reemplazar los productos químicos con «información», en forma de semillas manipuladas genéticamente y otros productos de la biotecnología. Esto no deja de ser una ironía viniendo de una compañía cuyo producto más rentable es un herbicida.

Monsanto demuestra claramente que ha aprendido a utilizar la charlatanería adecuada. Así, Roundup no es un herbicida, sino «una forma de minimizar las labores del suelo y reducir la erosión». Los cultivos de ingeniería genética no son simplemente fuentes de beneficio para Monsanto, «sino que surgen para resolver el problema inexorable del crecimiento de la población». Por último, se nos quiere hacer creer que la agresiva promoción de la biotecnología que lleva a cabo Monsanto no es fruto de la arrogancia empresarial, sino simplemente una «ley de la naturaleza».

Monsanto ha bautizado el aparente crecimiento exponencial de lo que llama «conocimiento biológico» con el nombre de «Ley de Monsanto» -nada menos-. Como con cualquier otra presunta ley de la Naturaleza, poco se puede hacer fuera de observar cómo se cumplen sus predicciones, y en este caso, la predicción es ni más ni menos que el crecimiento exponencial continuo del poder mundial de Monsanto.

Pero el crecimiento de cualquier tecnología no es simplemente una «ley de la naturaleza». Las tecnologías no son fuerzas sociales en sí mismas, ni simples herramientas neutrales que se pueden utilizar para alcanzar cualquier fin social, sino el producto de unas instituciones sociales y de unos intereses económicos particulares.

Por ejemplo, la llamada «Revolución Verde» de la agricultura de los años 60 y 70 aumentó temporalmente los rendimientos de los cultivos, e hizo también a agricultores de todas las partes del mundo cada más dependientes de costosos insumos químicos. Esto provocó desplazamientos generalizados de campesinos fuera de sus tierras, y en muchos países ha ido en detrimento del suelo, las aguas subterráneas y las tierras comunales, que han sustentado a la gente durante miles de años. Estos desequilibrios a gran escala han alimentado la suburbanización y la pérdida de poder social de las comunidades, lo que ha conducido a su vez a otro ciclo de empobrecimiento y hambre.

La «Segunda Revolución Verde», prometida por Monsanto y otras compañías biotecnológicas, amenaza con una destrucción aún mayor de las relaciones sociales y de la posesión tradicional de la tierra.

Al rechazar a Monsanto y su biotecnología, no estamos necesariamente rechazando la tecnología «per se», sino que queremos reemplazar una tecnología de manipulación, control y beneficios, que niega la vida, por otra verdaderamente ecológica, diseñada para respetar el funcionamiento de la Naturaleza, mejorar la salud personal y comunitaria, sustentar a las comunidades que viven de la tierra y operar a una escala genuinamente humana. Si creemos en la soberanía, es necesario que podamos elegir qué tecnologías son las mejores para nuestras comunidades, en lugar de que decidan por nosotros entidades a las que es muy difícil pedir responsabilidades, como Monsanto.

En vez de tecnologías ideadas para el enriquecimiento continuo de unos pocos, podemos basar nuestra tecnología en la esperanza de una mayor armonía entre nuestras comunidades humanas y el mundo material. Nuestra salud, nuestros alimentos y el futuro de la vida en la Tierra están realmente en juego.

 

 

La prueba final: mi vídeo casero que demuestra los engaños de la industria alimentaria

Nota: artículo sacado del blog de Scientia

Dicen que una imagen vale mil palabras. Pues bien, tras mucho tiempo denunciando en el blog los abusos sobre el consumidor que la industria alimentaria realiza anunciando falsas propiedades de sus productos sin fundamento científico, hoy Scientia se pasa al lado oscuro… y se lo voy a demostrar con un vídeo casero realizado en mi laboratorioque no tiene desperdicio.

Como bien apunto en el post que hoy publico en Amazings.es, una peligrosa moda se ha apropiado de los alimentos funcionales que debe ser denunciada. Durante muchos años la ausencia de una legislación que regulara este tipo de productos provocó que se pudiera utilizar todo tipo de eslóganes para publicitar propiedades saludables que no habían podido ser demostradas científicamente. Tras la publicación del Reglamento 1924/2006 relativo a las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos, menos de 400 solicitudes de las casi 50.000 presentadas por la industria alimentaria fueron aprobadas, por lo que el rigor científico pareció ganarle la partida a la trampa y al engaño.

Sin embargo, en los últimos tiempos muchas marcas comerciales han encontrado una puerta abierta en ese Reglamento para realizar ciertas prácticas que, aunque son legales, éticamente no son muy apropiadas y que pueden llegar a confundir al consumidor como es el caso del Actimel y el VitaTEN de Danone y Kaiku respectivamente.

Pues bien, ya que parece que nadie pone freno a la industria alimentaria ayer decidí, en compañía de mi alumno interno, apuntarme a la moda de introducir determinadas moléculas en una matriz alimentaria (en este caso 200 ml de agua) para poder prometer, siempre de acuerdo con la ley vigente, propiedades realmente sorprendentes.

El procedimiento fue el siguiente. En primer lugar me leí detenidamente las propiedades saludables (health claims) aceptadas por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para tres de mis minerales favoritos: Calcio, Potasio y Magnesio.

Una vez comprobadas qué propiedades estaban permitidas publicitar, y que luego les comentaré, procedí a ver qué cantidad mínima de cada uno de los minerales era necesaria, según la legislación vigente, añadir al agua para poder poner los pertinentes eslóganes.

A continuación procedí a comprobar si la ley me permitía disolver en agua esos minerales (calcio, potasio y magnesio) a través de alguno de los compuestos que tenía en mi laboratorio como era el caso del cloruro cálcico, el ioduro potásico y el sulfato magnésico… y no había problema.

Posteriormente hice los cálculos pertinentes, pesé las cantidades exactas de los minerales,y Adrián y un servidor grabamos este vídeo:

Eso sí, como observarán el producto no lo hemos consumido porque además de ser necesarios reactivos de grado alimentario, antes de ingerirlo debe pasar los pertinentescontroles sanitarios que exige la legislación, por lo que ni se les ocurra repetir este experimento en casa…. y menos consumirlo.

Sí. No se han equivocado. En 2 minutos y medio nuestro alimento funcional estaba preparado y, como han podido escuchar, legalmente puede publicitar que tiene 20 propiedades saludables que lo convierten en el producto milagro que todos llevamos siglos esperando.

Para quien no me haya entendido bien porque ya saben ustedes que en Murcia nos ahorramos muchas letras a la hora de hablar con tal de no cansarnos, paso a escribir todo lo que según la desafortunada ley en vigor estamos permitidos a poner en el producto que en dos minutos hemos preparado:

Por llevar el 15% de la CDR de Calcio:

  • contribuye a la coagulación sanguínea normal
  • contribuye al metabolismo energético normal
  • contribuye al funcionamiento normal de los músculos
  • contribuye al funcionamiento normal de la neurotransmisión
  • contribuye al funcionamiento normal de las enzimas digestivas
  • contribuye al proceso de división y diferenciación de las células
  • necesario para el mantenimiento de los huesos en condiciones normales
  • necesario para el mantenimiento de los dientes en condiciones normales

Por llevar el 15% de la CDR de Potasio:

  • contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso
  • contribuye al funcionamiento normal de los músculos
  • contribuye al mantenimiento de la tensión arterial normal

Por llevar el 15% de la CDR de Magnesio:

  • ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga
  • contribuye al metabolismo energético normal
  • contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso
  • contribuye al funcionamiento normal de los músculos
  • contribuye a la síntesis proteica normal
  • contribuye a la función psicológica normal
  • contribuye al mantenimiento de los huesos en condiciones normales
  • contribuye al mantenimiento de los dientes en condiciones normales
  • contribuye al proceso de división celular

Por llevar agua:

  • contribuye a mantener las funciones físicas y cognitivas normales
  • contribuye a la regulación normal de la temperatura corporal

Bueno ¿qué? No dirán que no se lo he puesto fácil al que quiera hacerse de oro. Ensolamente dos minutos hemos creado un alimento estrella, que sirve prácticamente para todo, y que no necesita casi ni un céntimo de inversión en investigación, ni desarrollo, ni innovación… y lo que han visto es la misma estrategia que se emplea en la elaboración del Actimel (donde el efecto positivo lo ejerce la Vitamina B6 y no elLactobacillus Casei) y VitaTEN (donde es el potasio y no los famosos péptidos bioactivos el responsable de sus propiedades).

En fin señores, ya han visto lo fácil que es encontrar un resquicio legal en el sector de los alimentos funcionales por donde colarse y volver a las andadas. El nuevo Reglamento se ha quedado viejo y obsoleto. Es absolutamente inconcebible que por el hecho de añadir un elemento individual a un alimento, sea éste de la naturaleza que sea, se le pueda atribuir al producto final una serie de propiedades.

Aunque sea un trabajo muy costoso, es totalmente necesario que las evaluacionesde las propiedades saludables de un nuevo compuesto sean individuales porque en una matriz alimentaria las interacciones entre los diferentes nutrientes existen y pueden cambiar drásticamente las propiedades de alguno de ellos.

Si existe el consenso general entre la comunidad científica de que el efecto sobre la salud de la dieta hay que evaluarlo en su conjunto y no estudiando las propiedades de cada alimento individualmente… ¿cómo vamos a aceptar que los posibles beneficios (o perjuicios) de un elemento como pueda ser el potasio sean los mismos en el caso de estar disuelto en agua, en un producto lácteo o si se incorpora a una bebida energética con otros ingredientes?

Lo siento mucho pero debo dejarles porque Adrián, el alumno interno que ha sido mi cómplice a la hora de elaborar este post, me está esperando para ir a laoficina de patentes… porque somos biotecnólogos, pero no tontos.

Jose

Nota 1:Esta entrada participa en la XVII Edición del Carnaval de Química  que este mes se celebra en el gran blog:  “Un Geólogo en Apuros”.

Bibliografía:

  • Reglamento (UE) Nº 432/2012 de la comisión de 16 de mayo de 2012  por el que se establece una lista de declaraciones autorizadas de propiedades saludables de los alimentos distintas de las relativas a la reducción del riesgo de enfermedad y al desarrollo y la salud de los niños
  •  Real Decreto 1669/2009, de 6 de noviembre, por el que se modifica la norma de etiquetado sobre propiedades nutritivas de los productos alimenticios, aprobada por el Real Decreto 930/1992, de 17 de julio.
  • Regulation (EC) No 1925/2006 of the European Parliament and of the council of 20 December 2006 on the addition of vitamins and minerals and of certain other substances to foods

Vida Verde: Las comidas más contaminadas en el mercado

Vida Verde: Las comidas más contaminadas en el mercado

y cómo evitarlas (Fragmento)

Aunque más del 90% de los ciudadanos estadounidenses quieren saber cuáles comidas son transgénicas, los alimentos genéticamente modificados (GM) no están etiquetados en los Estados Unidos. Por lo tanto, no es posible saber exactamente cuáles alimentos e ingredientes son transgénicos. Sin embargo, hay ciertas comidas que son muy probables de ser modificadas. Si no quieres consumir alimentos transgénicos, puedes evitar las siguientes comidas e ingredientes, o buscar el mismo producto con la certificación orgánica.

Comidas e ingredientes de alto riesgo de ser transgénicos

Un alimento se considera de alto riesgo si la mayoría de su producción comercial se realiza con variedades transgénicas. Los porcentajes de producción mencionados abajo son aproximados y corresponden al porcentaje de la producción total de cada hortaliza en los Estados Unidos en 2011 que es transgénico.

  • Colza/Canola (Brassica napus): 90% de producción. Aceite vegetal, aceite de colza/canola.
  • Maíz (Zea mays): 88% de producción. Jarabe de maíz, aceite de maíz, aceite vegetal, almidón o fécula de maíz, dextrosa, dextrina, maltodextrina, color caramelo, aspártame, glutamato monosódico, polvo de hornear. El maíz blanco (dulce) y el maíz palomero no son de alto riesgo.
  • Soya/soja (Glycine max): 94% de producción. Frijol de soya, leche de soya, aceite de soya, aceite vegetal, salsa de soya, tofu, miso, edemame, lecitina o lecitina de soya, proteína vegetal, mono y digliceridas, emulsificantes.
  • Algodón (Gossypium spp.): 90% de producción. Aceite de algodón o aceite de semilla de algodón, aceite vegetal.
  • Papaya (Carica papaya): Casi toda la producción de Hawái (988 acres). Las papayas importadas pueden ser GM o no, dependiendo del país del origen.
  • Remolacha de azúcar (Beta vulgaris): 95% de producción en 2011, 100% en 2012. Azúcar. En los Estados Unidos, el azúcar que se utiliza en las comidas preparadas y en la comida chatarra proviene mayormente de la remolacha transgénica. Si se especifica que el azúcar utilizado en el producto es de caña («100% pure cane sugar»), no es de alto riesgo.
  • Leche y productos lácteos: Hasta una tercera parte de la leche producida en los Estados Unidos proviene de vacas modificadas con el gene rBST. Además, aproximadamente el 70% de los quesos añejos se producen con bacterias GM.
  • Productos animales (incluyendo la miel): Aparte de los productos orgánicos, casi todos los animales cuyos productos consumimos se alimentan con transgénicos.

Leer el texto completo en:  http://vidaverde.about.com/od/Vida-saludable/a/Las-Comidas-Mas-Contaminadas-En-El-Mercado-Y-Como-Evitarlas.htm

Los peligros de la henna negra

Existen en el mercado tatuajes temporales de henna mezclada con una sustancia denominada para-fenilenodiamina (también conocida como p-phenylenediamine, para-fenilendiamina o pPD), a fin de lograr un tinte negro y acortar el tiempo que precisa para impregnar la piel así como aumentar su intensidad y duración. El pPD es un colorante ampliamente utilizado en fotografía, tintes para el cabello, industria editorial y otros.

No obstante, el uso cosmético de esta sustancia está prohibido en la UE, puesto que penetra en la sangre a través de la piel y puede provocar reacciones como dermatitis alérgicas, que a veces derivan en ampollas, úlceras y cicatrices. También puede llegar a causar sensibilidad a productos relacionados como tintes para el cabello, tinta para máquinas de impresión, bloqueadores solares, cosméticos, artículos fotográficos e incluso la ropa negra, provocando brotes de comezón y ronchas.

Es importante recordar que el peligro no reside en todos los tatuajes temporales a base de henna, sino sólo en aquéllos en las que ésta se mezcla con pPD. La henna en polvo normalmente se mezcla con agua o con otras sustancias (limón, azúcar, té verde, aceite de eucalipto, café…) para teñir la piel, las uñas o el cabello. En estos casos es totalmente inocua.

Los síntomas de las reacciones alérgicas varían desde enrojecimiento o picor en la piel hasta la aparición de ampollas, decoloración permanente e incluso cicatrices. Los expertos recomiendan acudir al médico con urgencia en caso de experimentar alguno de estos efectos.

Recomendaciones

Antes de hacerse un tatuaje, lo aconsejable es informarse de los lugares más recomendables y serios, pues han de contar con unas medidas higiénicas básicas. Un tatuador que no es escrupuloso con lahigiene del instrumental puede provocar desde infecciones locales hasta transmitir de unos clientes a otros enfermedades como el herpes, la hepatitis, la sífilis e incluso el sida. Las alergias al pigmento no son poco comunes. Principalmente las causan los verdes a base de cromo, los rojos que contienen sulfato de mercurio y los azules ricos en cobalto. También los colores amarillos pueden desencadenar fotoalergias cuando el tatuaje se expone a los rayos solares.

A veces, las complicaciones del tatuaje son meramente estéticas. Por ejemplo, el pigmento puede dispersarse si no ha sido colocado muy profundamente; desaparecer, si se ha depositado muy superficialmente; o desvanecerse por razones diversas.

Ingredientes tóxicos en cosméticos

Percibimos a nuestra piel como si fuese la barrera de protección que nos protege contra todo tipo de influencias de fuera, pero no siempre estamos consciente que absorbemos gran parte de lo que entra en contacto con ella. Visto de esta forma tendríamos que usar solamente cosmética que seria apta para comerla sin problemas. Lamentablemente se encuentran en muchos productos que están a la venta sustancias toxicas que causan reacciones indeseadas en nuestro metabolismo, algunos se depositan para siempre en órganos y tejidos, provocan alergias, irritaciones, dermatitis o incluso cáncer. Algunos fabricantes de cosmética llevan décadas en el mercado y por sus campañas de marketing y el impacto de la marca nos quieren hacer pensar que sus productos que ofrecen en supermercados, farmacias, parafarmacias o perfumerias (a precios bajos hasta muy altos) sean mejores, pero muchas veces – no siempre – pasa lo contrario:

Los siguientes ingredientes cosméticos se consideran desde ”recomendables con restricciones” hasta “no recomendables” para uso en cosmeticos:

–    Aceites Minerales
–    Siliconas
–    Derivados de PEG y PPG

–    Propylene Glycol
–    DEA, MEA, TEA
–    Nitrosaminos y agentes nitrosantes
–    Parabenos y otros conservantes
–    Sodium Laureth Sulfate
–    Sodium Lauryl Sulfate
–    Derivados del Formaldehído
–    Compuestos Orgánicos Halógenos
–    Phtalatos
–    Fragancias sinteticas
–    Colorantes
–    Filtros rayos U.V. en productos de protección solar
–    Varios

PARAFFINUM LIQUIDUM / ACEITES Y CERAS MINERALES 
En muchisimos cosméticos el ingredientes principal (la fase oleosa) es aceite mineral en lugar de aceite vegetal. A la industria cosmética el aceite mineral le sale baratísimo -incluso es la base de muchas cremas y aceites para bebes (!!!) usados desde décadas y tambien de la vaselina. Se obtiene del petróleo igual que la cera de velas o el betún por ejemplo.

Inmediatamente después de aplicarla en la piel, esta parece fresca y perfecta, pero el aceite mineral tapa a los poros, impide que la piel respire, la reseca y acelera el desarrollo de arrugas. Algunas de las parafinas se concentran con el tiempo en hígado, riñones y ganglios linfáticos. En una cera de parafina incluso se demostraron reacciones inflamatorias de valvula. Hay que estar consciente de que barras y balsamos de labios también pueden estar producidos a base de aceites minerales, un producto del cual además uno va tragando sin querer cantidades pequeñas, pero diarias que se acumulan con los años en nuestro organismo.
Otros productos obtenidos del petróleo son Petrolatum, Ceresin y Ozokerite: tienen una consistencia sedosa y muy fina, crean un tacto muy suave en la piel, pero a la vez la cubren con un film que bloquea a sus funciones naturales, la eliminación de toxinas y la “respiración”.

PVP / VA Copolímero (INCI:PVP / VA Copolymer) – otro ingrediente proveniente de la materia prima petróleo. Se usa en cosmética para el cabello como por ejemplo laca. Contiene Benzol que afecta al hemograma. Particulas de esta sustancia podrían provocar que se sienten cuerpos extraños en los pulmones.

Nombres en Nomenclatura INCI que encontramos en las etiquetas para este tipo de sustancias: Paraffinum liquidum, Paraffin, Microcristalline Wax, Petrolatum, Mineral Oil, Ozokerite, Ceresin, PVP / VA Copolymer, Hydrogenated Polyisobutene, C13-14 Isoparaffin, Quaternium-7, -15 , 22,-31, -60, 80 etc, Vaseline, etc.

SILICONAS
Las siliconas son oclusivas, cubren la piel impidiendo que respire. Se ha encontrado que la exposición al sudor por oclusión causa irritaciones en la piel, algunos tipos de siliconas podrían provocar tumores y se acumulan en hígado y ganglios linfáticos. En productos para el cabello encontramos grandes cantidades de siliconas como Dimethicone o Cyclomethicone. Alisan al pelo pero también lo sellan, asi que ya no pueden entrar nutrientes y pueden alterar tratamientos capilares. Aparte de que tienen el mismo efecto negativo en el cuero cabelludo como en el resto de nuestra piel. Siliconas además no son biodegradables y por lo tanto tienen un fuerte impacto en el medioambiente.

Cyclopentasiloxane: basado en silicona, se usa en cremas y lociones, en protección solar y cosmética decorativa y su uso se recomienda con restricciones.
INCI: Dimethicone, Dimethicone Copolyol, Cyclomethicone, Cyclopentasiloxane etc.

DERIVADOS DE PEG- Y PPG:
Pueden hacer la piel mas permeable para sustancias nocivas, se obtienen de derivados del petróleo que son cancerígenos como el oxido de etileno, el uso en productos de cosmética natural certificada por ejemplo no está permitido. Pueden causar irritaciones en la piel. Su uso es tan extendido porque cumplen muchísimas funciones como tensioactivos, emulsionantes, solventes, suavizantes, pero también sirven de bases para cremas y geles. El numero que viene después de PEG- o Laureth- indica la consistencia de la sustancia.
INCI: Copolyol, Polyglykol, Polysorbate, Ceteareth-, Ceteth-, Cetholth, Poloxamer 407, Laureth-, Pareth etc.

PROPYLENE GLYCOL:
En los cosmeticos el propylene glycol evita la evasión de la humedad, además sirve de solvente y suavizante en cremas, pastas dentales y desodorantes. Penetra rápidamente en la piel y debilita a la estructura celular y de la proteína. A los trabajadores que manipulan esta sustancia en fabricas les avisan de llevar guantes y gafas y evitar el contacto directo con la piel ya que puede provocar daños cerebrales y en riñones y hígado. En el listado INCI en las etiquetas “Propylene Glycol” suele venir  más bien al prinicipio, lo que quiere decir que su porcentaje en el producto es alto.

DEA (Dietanolamina), MEA (Monoetanolamina), y TEA (Trietanolamina):
Se usan para regular el pH y como son liposolubles tienen gran eficacia en la profundidad de la piel.Las aminas forman nitrosaminos que son altamente cancerígenos si se utilizan en productos en combinación con nitratos o agentes nitrosantes. En estudios anteriores encontraron que el DEA por si solo no es cancerígeno, pero en estudios más recientes se mostró un posible potencial cancerígeno por si solo. TEA puede causar reacciones alérgicas y resecar a la piel.

INCI: DEA (dietanolamina), MEA (Monoetanolamina), y TEA (trietanolamina, MIPA, Hydroxyethyl-P-Phenylenediamine Sulfate, Chlorphenesin etc…

NITROSAMINAS
Nitrosaminas se forman de Nitritos y Aminos y tienen un efecto cancerígeno. Llegan a los productos por materia prima contaminada o se forman durante el almacenamiento cuando ciertos ingredientes crean reacciones. Estos ingredientes son agentes nitrosantes por ejemplo: 2-Bromo-2-Nitropropane-1, 3,-Diol; Cocoyl Sarcosine; Compuestos DEA; Imidazolidinyl Urea; Formaldehyd,  Lauryl Sarcosine; MEA Verbindungen; Quaternium-7, 15, 31, 60, Sodium Lauryl Sulfate; Ammonium Lauryl Sulfate; Sodium Laureth Sulfate, Ammonium Laureth Sulfate.

PARABENOS Y OTROS CONSERVANTES 
Desde que se encontraron parabenos en el tejido de pacientes de tumor de mama se asocia a los parabenos con posibles efectos estrógenos en el cuerpo, pero mientras las autoridades han negado la seriedad de estos estudios. El uso de Methylparaben, Ethylparaben, Propylparaben y Butylparaben los autoridades oficialmente los consideran como seguro, pero para confirmar la seguridad de Isopropyl-, Isobutyl-, Pentyl- und Phenylparaben no existen suficientes datos. Aun asi algunos fabricantes han sustituido los parabenos con Methylisothiazolinone, Methylchloroisothiazolinone que también pueden causar alergias (igual que los parabenos). Sobre el tema de los parabenos se encuentra una gran controversia con estudios y recomendaciones positivas y negativas.
INCI: Methylparaben, Ethylparaben, Propylparaben, Butylparaben, Isopropylparaben, Isobutylparaben, Pentyl- und Phenylparaben, Methylisothiazolinone, Methylchloroisothiazolinone, Glutaraldehyde, Benzalkoniumchloride, Benzethoniumchloride, Cetrimonium Chloride

TENSIOACTIVOS ANIONICOS
Tensioactivos anionicos en champus o productos de limpieza pueden reaccionar con otros ingedientes y asi formar nitratos y dioxinas que son cancerígenas.
INCI: Sodium Lauryl/Laureth Sulfate; Ammonium Lauryl/Laureth  Sodium Methyl Cocoyl Taurate; Sodium Lauroyl /Cocoyl Sarcosinate; Potassium Coco Hydrolysed Collagen; TEA Laureth/Lauryl Sulfate;  Lauryl/Cocoyl Sarcosine; Disodium Oleamide/Laureth/Diocyl Sulfosuccinate; usw

Sodium Laureth Sulfate 

En el proceso de produccion de Sodium Laureth Sulfate se genera el compuesto supuestamente cancerigeno 1,4 Dioxan que por ejemplo ha sido ingrediente principal de “Agent Orange” usado en la guerra de Vietnam. 1,4-Dioxan interfiere con el equilibrio hormonal y se sospecha que puede provocar varios tipos de canceres y reducir a la producción de espermatozoides. Sodium Laureth Sulfate es la forma alcoholica de Sodium Lauryl Sulfate y es algo menos irritante que este pero reseca mas la piel.

Sodium Lauryl Sulfate
Es ingrediente en muchos productos de limpieza industrial, se considera alergenico. Es absorbido rápidamente por ojos, cerebro, corazón e hígado y a lo largo puede provocar daños. Incluso puede ralentizar procesos curativos, causer cataratas y interferir con el desarrollo de los ojos de los niños.

Fluoruro
Fluoruro no es biodegradable y un producto residual en la industria. Sobre este ingrediente habrá en breve una entrada aparte en este blog.
INCI: Sodium Flouride, Sodium Monoflourphosphate

FORMALDEHIDO Y SUS DERIVADOS

Derivados de formaldehido normalmente se usan como conservantes y en varios cosméticos para las uñas, pero es un fuerte alérgeno, puede causar envejecimiento prematuro de la piel. El Instituto Internacional para la Investigacion de Cancer (IARC) considera que provoca cáncer. El uso de formaldehido como tal es principalmente prohibido en productos cosméticos, pero como es muy eficaz contra la formación de hongos, se sigue usando pero en forma de diferentes composiciones químicas que antes o después liberan el formaldehido. (Aunque algunos llevan como parte de su nombre “Urea” no tiene que ver con Urea como tal)
INCI: Bronidox, Bronopol, Bronosol, Diazolidinyl-Harnstoff, Diazolidinyl-Urea, Polyoxymethylene Urea , DMDM Hydantoin, Imidazolidinyl-Harnstoff, Imidazolidinyl-Urea, 2-Bromo-2-Nitropropane-1,3-Diol, 5-Bromo-5-Nitro1,3-Dioxane, Diazolidinyl-Urea, Methenamine, Sodium Hydroxymethylglycinate, DMDM Hydantoin, Quaternium-15, Onyxide 500, Dimethyl Oxazolidine y sustancias que llevan MDM, DM,DMDM, DMHF o DEMD delante…


COMPUESTOS ORGÁNICOS HALÓGENOS

Halogenos son sustancias que en reaccion directa con metales sin adicion de oxigeno forman sales. Los más conocidos son Bromo, Cloro, Fluor y Yodo. Los compuestos se reconocen si contienen “Bromo-“,“Jodo-“ o “Chloro-“ en el nombre. Pueden sentarse en el tejido, descomponerlo y provocar alergias. Tambien pueden formar nitrosaminas.
INCI: Triclosan (Irgasan), Iodopropynyl Butylcarbamate, Methylchloroisothiazolinone, Methyldibromo Glutaronitrile, Chloracetamide, Dichlorphenyl-Imidazoldioxolan, Chlorphenesin, Isohexadecane, Polyacrylamide

PHTALATOS
Pueden influir en el mecanismo de proteccion de nuestra piel y no se excluye que dañan a higado, riñon y organos reproductores y que actuan en el cuerpo como si fueses hormonas.
INCI: Diethylphthalate, Dibutyl Phthalate, Dioctyl Phthalate, Phthalic Anhydride / Trimellitic Anhydride / Glycols Copolymer

FRAGANCIAS SINTETICOS 
Nitroalmizcles y almizcles policíclicos
Estas fragancias sinteticas muchas veces se resumen en la etiqueta del producto como “Perfume” o “Fragancia” y no hace falta declararlos por su concentración baja, pero aun asi pueden causar reacciones alérgicas en personas sensibles. Algunos se han demostrados cancerígenos o mutagenicos en experimentos con animales. Se van acumulando en el ambiente y en el cuerpo humano e incluso se detectó en la lecha maternal.
INCI: Xileno de almizcle (MX, Cetona de almizcle (MK), Tonalide (AHTN), Galaxolide (HHCB)

FILTROS U.V. EN PRODUCTOS DE PROTECCION SOLAR
De los filtros U.V. 4-Methyl-Benzylidencamphor (4-MBC o MBC), Octyl-Methoxycinnamate (OMC), Benzophenone-3 (Oxybenzon), Homosalate (Homomenthylsalicylat o. HMS) y Octyl-Dimethyl-Para-Amino-Benzoic-Acid (OD-PABA) se sospecha que podrían actuar como hormonas, se ha podido detectar en la lecha maternal y en el cuero de peces. Benzophenone-1 und Benzophenone-2 por ejemplo no estan permitidos como filtros U.V. en la Union Europa pero se permite como aditivo en aceites de perfume.

Aluminum Chlorohydrate
El ingrediente más común en desodorantes como es antitranspirante, pero puede tapar a los poros y provocar reacciones inflamatorias de la piel y ganglios y granulomas. Ademas estaba un tiempo bajo la sospecha que podrían haber asociaciones con casos de cáncer de mama.

COLORANTES
La lista de colorantes sinteticos menos recomendables para el uso en cosmética pero sin embargo usados es larga. Las silabas –anilin o –anilid, -amine -diamine son terminaciones de muchos colorantes sinteticos. (Por ejemplo Toluene-2,5-Diamine o Laurylamine Dipropylenediamine) .
En las etiquetas de los productos los encontramos también como CI-con un numero, por ejemplo CI-15958 – detrás de esto se esconde 2-Hydroxy-1-(4-Sulfonato-Phenylazo)-6-Naphthalin-Sulfonat = E110 – Amarillo.

ALQUITRÁN
De Alquitrán o brea de carbón se obtienen sustancias como Phenolen, Naphthalin, Alkylnaphthaline, Biphenyl, Anthracen, Phenanthren Fluoren, Pyren, Dibenzofuran, Dibenzothiophen, Chinolin, Indol y Carbazole, Aminophenol, Diaminobenzene, Phenylenediamine. Usado en colorantes de cabello y champus anti-caspa. Todos conocidos como cancerígenos y la seguridad del uso de estas sustancias a largo plazo no ha sido demostrado aun. Ademas pueden provocar asthma y dolores de cabeza.

Disodium Edta, Trisodium Edta

Potencian la eficacia de otros conservantes, pero debilita la membrana de las células ademas son problemáticos para el medioambiente

VARIOS INGREDIENTES MÁS QUE NO SE RECOMIENDAN O SE RECOMIENDAN CON RESTRICCIONES:

Carbomer, Styrene / Acrylates Copolymer  (cancerigeno en experimentos con animales), Polymethyl Methacrylate, Etidronic Acid, Butilhidroxitolueno (BHT), O-Phenylphenol, PAB, PABA, etc.

Este listado no es exhaustivo.

 

 

FUENTES:
Oekotest Kosmetikliste
http://www.oekotest.de
http://www.codecheck.info
http://www.ewg.org/skindeep
http://www.wikipedida.org

Chemtrails (fumigación química)

Si miramos el cielo en un día despejado, es posible que veamos la estela blanca característica que dejan tras su paso los aviones a reacción. Hasta aquí todo es normal.

Sin embargo, desde hace algunos años estos trazos blancos no se diluyen, sino que permanecen en el firmamento durante mucho tiempo, extendiéndose lentamente hasta formar una leve bruma, incluso se observan verdaderos diseños similares a rejillas que éstos aviones dibujan en el cielo.

Son los llamados chemtrails (trazos químicos, en inglés). Y según algunos investigadores no se trata de las clásicas estelas de los aviones (contrails), sino de una auténtica fumigación química.

El análisis químico de la composición de estas estelas persistentes al precipitarse sobre la tierra parece justificar las sospechas. Estos estudios han identificado metales pesados como el barium o el aluminio.

Quienes investigan dicho fenómeno, a caballo entre la leyenda urbana y la conspiración, aseguran que esos trazos químicos son responsables de numerosas alergias, dolores de cabeza, sinusitis, hinchazón de las glándulas linfáticas, tos (incapacidad respiratoria), daño al corazón y el hígado,  e incluso de cambios meteorológicos. Pero hay más …

Condensación versus quimificación

«¡Allá va un avión a chorro!», exclaman quienes observan en el azul cielo estelas blancas que se desvanecen rápidamente. Son producto de la condensación del aire caliente de los motores (contrails) en contacto con temperaturas gélidas. Las columnas de humo químico blanco (chemtrails), en cambio, permanecen por horas en las alturas y gradualmente se entremezclan hasta ocultar el azul. Las aeronaves fumigadoras vuelan en peligrosas piruetas entrecruzadas y en proximidad ilegal unas de otras. Observadas bajo ciertos ángulos de la luz solar las estelas químicas se identifican por barras prismáticas de colores.

Una operación encubierta nunca antes realizada por militares está causando enfermedad y consternación en varios países. Según expertos, los responsables son aviones cisterna de la Fuerza Aérea, en desafío a regulaciones de la aviación civil, la salud pública y las leyes de polución.

En resumidas cuentas, no tenemos certeza de lo que nos está cayendo. Si el gobierno fumiga sustancias tóxicas sobre su propio pueblo, a sabiendas de que producen epidemias fatales, comete asesinato. Aún si se toma como una «necesidad operativa» por razones de seguridad nacional, cualquier militar que deliberadamente enferma y mata a su pueblo traiciona a la población a la cual juró proteger.

A pesar de sus repetidas protestas de inocencia, la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha estado implicada en fumigaciones desde los años 90.

Las pruebas hablan

Las estelas del aerosol fueron fotografiadas vía satélite sobre Irak y Arabia Saudita durante la Guerra del Golfo y ahora en los Estados Unidos, San Francisco, Oakland , Berkeley, Santa cruz y todo California. Afganistán fue saturado con aerosol químico, y las fibras de polímero del aerosol de bario en la atmósfera pueden ser usadas como un sistema de detección óptica para descubrir la presencia de agentes biológicos. ¿Suena increíble? Quizás lo sea (*).

El programa ha sido declarado «secreto» para la población civil y para las agencias de protección ambiental (EPA). En verdad, los sistemas computarizados y la química han sido fusionados para usar como armas de guerra, en detrimento de la salud ambiental y humana.

¿Cómo puede mantenerse en secreto una estratagema tan grandiosa de ingeniería planetaria? Bien, piensen por cuánto tiempo se han ocultado a un público drogado, indiferente y desilusionado, los horrores del agente naranja entre el pueblo vietnamita, la enfermedad de la Guerra del Golfo, que dejó incapacitados o mató a miles de combatientes, o las 16.000 muertes en Chernobyl.

Las sales solubles de bario son tóxicas para los mamíferos; se diluyen rápidamente en el tracto gastrointestinal y se depositan en músculos, pulmones y huesos. No se sabe el efecto a largo plazo que tiene el bario en los seres humanos.

Cientos de miles de norteamericanos llenan las salas de emergencia de los hospitales en una especie de epidemia de una enfermedad fatal con características gripales, y es fácil deducir que pueda estarse llevando a cabo algún tipo de «selección de población» ­algo que ha sido meticulosamente documentado­ de acuerdo al plan del Comité de 300 de Haig-Kissinger, de reducir la población mundial en 2 billones de personas por medio de guerras, hambruna, enfermedades, etc.

Según pioneros eugenistas, desde hace 85 años se realiza la eliminación de «comilones inútiles» y «malezas humanas». No hay evidencia, ni pruebas en el otro sentido, de que la fumigación con químicos sea un atentado deliberado para reducir la población, a pesar de lo que publicó el Dr. John Coleman en noviembre de 1991.

Una gripe que no es tal.

La semana antes de Navidad de 2004, había 55 enfermos esperando turno para emergencia en dos hospitales de Montreal, y en Toronto solamente uno aceptó pacientes. El Peterborough Regional Hospital recibió el récord de 307 pacientes dos días seguidos. Se dio la misma situación en ciudades de EEUU, y las ambulancias fueron en muchos casos rechazadas. La BBC de Londres informó que se contrataron camiones refrigerados para transportar cadáveres.

La prensa no mencionó las gigantes equis sobre los cielos de Gran Bretaña, Canadá y EEUU, o la gelatina marrón que había caído en los parabrisas en Birmingham, Inglaterra, o el material filamentoso llamado «cabello de ángel» que caía de jets que volaban a grandes alturas sobre el Caribe, Australia y Sudáfrica.

Desde 2001-2002, casi toda la población norteamericana ha estado enferma, o conoce a alguien que súbitamente se enfermó de gravedad con síntomas recurrentes de gripe mucho más persistentes y severos que los de un resfrío común, o ataques de vértigo y agotamiento. La cadena ABC News dijo que los doctores veían gripe donde no existía. El Dr. Andrew Winquist, del Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas concluyó que muchos habían sido infectados con un germen que no tenía nada que ver con la gripe. Después que el director de un hospital regional declaró a los medios que la misteriosa enfermedad «mata aún a gente sana en cuatro o cinco días», el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) informó sobre muertes por una enfermedad del sistema respiratorio a niveles epidémicos. Los niños y ancianos son los más vulnerables a la fumigación química.

(*) Aunque en este artículo se habla de USA y el medio oriente, se tiene constancia de que esta práctica se ha extendido a todo el mundo.

La verdad sobre el champú de caballos

De un tiempo a esta parte se ha puesto muy en boga el uso del champú de caballo, un producto que mucha gente usa sin saber realmente si tiene los beneficios que piensan que poseen. A continuación un vídeo del programa «Equipo de Investigación», del canal de tv español Antena 3, donde hablan largo y tendido sobre este producto, preguntándole a gente, probando el champú y analizando sus componentes.

Los peligros ocultos de cocinar con microondas (2ª parte)

El estudio clínico suizo.

El Dr. Hans Ulrich Hertel, que en la actualidad está jubilado, trabajó durante muchos años como científico de alimentos con una de las principales empresas de alimentación suizas que opera a nivel internacional. Hace algunos años, lo despidieron por cuestionar algunos de los procesos de producción que desnaturalizaban los alimentos.

En 1991, él y un profesor de Universidad de Lausana publicaron un artículo de investigación en el que decían que los alimentos cocidos en hornos microondas podían suponer un mayor riesgo para la salud que aquellos cocinados con métodos convencionales.

También salió publicado un artículo en el número 19 del «Journal Franz Web», en el que se aseveraba que el consumo de alimentos cocinados en hornos microondas tenía efectos cancerígenos sobre la sangre. A continuación apareció el artículo de investigación. En la portada de la revista había una foto de la personificación de la muerte sosteniendo un horno microondas en una de sus manos.

El Dr. Hertel fue el primer científico en concebir y llevar a cabo un estudio clínico de calidad sobre los efectos que los nutrientes expuestos a microondas tienen sobre la sangre y la fisiología del cuerpo humano.

Su estudio, pequeño pero perfectamente controlado, mostró el poder degenerativo producido en los hornos microondas y en los alimentos procesados en los mismos. La conclusión científica demostró que cocinar con microondas alteraba los nutrientes en los alimentos y, que hubo cambios en la sangre de los participantes que podían deteriorar el organismo humano.

El estudio científico de Hertel fue llevado a cabo junto con el Dr. Bernard H. Blanc del Swiss Federal Institute of Technology (Instituto Federal Suizo de Tecnología) y con la University Institute for Biochemistry (Instituto Universitario de Bioquímica).

Con intervalos de dos a cinco días, los voluntarios del estudio tomaron una de las siguientes variaciones de alimento con el estómago vacío: (1) leche fresca; (2) la misma leche cocida con método convencional; (3) leche pasteurizada; (4) la misma leche fresca cocida en horno microondas; (5) vegetales ecológicos crudos; (6) los mismos vegetales, cocidos con método convencional; (7) los mismos vegetales congelados, descongelados en horno microondas; y (8) los mismos vegetales cocinados en horno microondas.

Una vez que se aisló a los voluntarios, se les tomó muestras de sangre inmediatamente antes de comer. Después, se les siguió tomando muestras de sangre a intervalos definidos después de consumir la leche o los vegetales indicados en el párrafo anterior.

Se descubrieron cambios significativos en las muestras de sangre de los intervalos siguientes a haber consumido alimentos cocidos en horno microondas. Estos cambios incluían una disminución en todos los valores de hemoglobina y colesterol, especialmente la relación de los valores HDL (colesterol bueno) y LDL (colesterol malo).

Los linfocitos (células blancas de la sangre) mostraron una disminución a corto plazo más llamativa después de haber consumido alimentos cocinados en microondas que después de haber consumido cualquiera de las otras variantes. Cada uno de estos indicadores señalaba degeneración.

Además, existía una relación altamente significativa entre la cantidad de energía microonda en los alimentos de prueba y el poder luminoso de las bacterias luminosas expuestas a la sangre de las personas que consumieron dichos alimentos.

Esto llevó al Dr. Hertel a la conclusión de que estas energías derivadas técnicamente podían, de hecho, pasar al hombre inductivamente al comer alimentos cocidos con microondas.

Según el Dr. Hertel:

«… Los hematólogos se toman muy en serio la leucocitosis, que no pueden explicar por desviaciones normales diarias. Los leucocitos son en muchas ocasiones signos de efectos patogénicos en el sistema orgánico, como por ejemplo envenenamiento y daño celular.

El incremento de leucocitos con los alimentos cocinados con microondas fue más pronunciado que con el resto de variantes. Al parecer, estos incrementos fueron totalmente ocasionados por consumir sustancias expuestas a la acción del microondas.

Este proceso se fundamenta en principios físicos que han sido ya confirmados en la literatura científica. El aparente añadido de energía que mostraron las bacterias luminosas fue simplemente una confirmación adicional.

La literatura científica sobre los efectos dañinos de la radiación directa de microondas sobre sistemas vivos es extensa. Por lo tanto, es sorprendente tomar conciencia del poco esfuerzo que se ha puesto en reemplazar esta técnica perjudicial de microondas con tecnología más acorde a nuestra naturaleza.

Las microondas producidas técnicamente se basan en el principio de corriente alterna. Los átomos, moléculas y células golpeadas por esta radiación electromagnética se ven forzadas a invertir polaridad 1-100 billones de veces por segundo.

No hay átomos, moléculas o células de ningún sistema orgánico capaces de soportar semejante poder destructivo y violento durante un período largo de tiempo, ni siquiera a niveles de energía del marco de los milivatios.

De todas las sustancias naturales -que son polares- el oxígeno de las moléculas de agua son las que reaccionan con más sensibilidad. Así es como se genera calor al cocinar en microondas, por fricción violenta en moléculas de agua.

Las estructuras moleculares se separan, las moléculas se deforman por acción de la fuerza, llamado isomerismo estructural, y por lo tanto su calidad queda dañada. Al contrario que en los métodos convencionales de cocción en los que el calor se transfiere por convección de fuera a dentro.

La cocción por microondas empieza desde dentro de las células y moléculas donde hay agua y allí la energía se transforma en calor por fricción.

Además de los efectos del calor por fricción violeta, a los que se llama efectos térmicos, también están los efectos atérmicos que casi nunca se han tomado en cuenta. Estos efectos atérmicos no son medibles de momento, pero también pueden deformar las estructuras de las moléculas y tener consecuencias cualitativas.

Por ejemplo, el debilitamiento de las membranas celulares por microondas se usan en el campo de la tecnología de alteración genética. Debido a la fuerza involucrada, las células se rompen, neutralizando de esta forma su potencial eléctrico, es decir la propia vida de la célula, entre la parte externa y la interna de las membranas de la misma.

Las células dañadas se vuelven presa fácil de virus, hongos y otros microorganismos. Se suprimen los mecanismos naturales de reparación y las células se ven forzadas a adaptarse a un estado de emergencia de energía, cambian de respiración aeróbica a respiración anaeróbica. En vez de producir agua y dióxido de carbono, la célula se envenena y produce peróxido de hidrógeno y monóxido de carbono.

Las mismas deformaciones violentas tienen lugar en nuestro cuerpo cuando nos exponemos directamente a microondas o a un radar, y también tienen lugar en las moléculas de los alimentos cocinados en horno microondas.

La radiación provoca destrucción y deformación de las moléculas de los alimentos. La cocción por microondas también crea nuevos compuestos, llamados compuestos radiolíticos, que son fusiones desconocidas que no se encuentran en la naturaleza. Los compuestos radiolíticos se crean por descomposición (deterioro) molecular resultado de la radiación directa.

Los fabricantes de hornos microondas insisten en que los alimentos irradiados y cocinados en microondas no tienen ningún incremento significativo en compuestos radiolíticos en comparación con los alimentos cocinados, horneados o procesados por métodos convencionales.

La evidencia clínica científica presentada aquí demuestra que es sencillamente una mentira. En América, ni las universidades ni el estado federal han llevado a cabo pruebas sobre los efectos que tiene en nuestro cuerpo comer alimentos cocinados en microondas. ¿No es un poco raro?

Les preocupan más los estudios sobre qué ocurre si la puerta de un microondas no cierra bien. De nuevo, es el sentido común lo que nos dice que en lo que deberían poner su atención es en lo que sucede a los alimentos cocinados dentro del microondas.

Como la gente consume alimentos alterados, ¿no resulta coherente preocuparse por como esas mismas moléculas deterioradas van a afectar nuestra propia estructura celular?

Las acciones de la industria van dirigidas a ocultar la verdad.

Tan pronto los doctores Hertel y Blanc publicaron sus resultados, las autoridades reaccionaron. Una organización comercial poderosa, la Asociación Suiza de Comerciantes y Empresarios de Aparatos Eléctricos de Uso Doméstico, conocido como FEA, golpeó rápidamente en 1992.

Forzaron al Presidente del Tribunal de Seftigen, Cantón de Berna, a emitir una orden de silencio contra los doctores Hertel y Blanc. En Marzo de 1993, el Dr Hertel fue condenado por «interferir con el comercio» y se le prohibió publicar los resultados de sus estudios. El Dr. Hertel se mantuvo en sus trece y le plantó cara a esta prohibición durante años.

No hace mucho, esta decisión fue revertida por una sentencia dictada en Estrasburgo, Austria, el 25 de agosto de 1998. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, sostuvo que la decisión tomada en 1993, constituía una violación de los derechos del Dr. Hertel.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos también decidió que la orden de silencio librada por el Tribunal Suizo en 1992 contra el Dr. Hertel, en la que se le prohibía declarar que los hornos microondas eran peligrosos para la salud humana, era contraria al derecho de libertad de expresión. Además, sentenció a Suiza a compensar económicamente al Dr. Hertel.

Carcinógenos en los alimentos expuestos a microondas.

En el libro de la Dra. Lita Lee, «Health Effects of Microware Radiation-Microwave Ovens» (Efectos sobre la salud de la radiación de microondas y los hornos microondas), así como en los números de marzo y septiembre de 1991 de «Earthletter», ella afirmó que todo horno microondas suelta radiación electromagnética, daña el alimento y convierte las sustancias cocinadas en él en productos tóxicos orgánicos peligrosos y carcinógenos.

Subsiguientes investigaciones que se resumen en este artículo revelan que los hornos microondas son mucho más peligrosos de lo que a priori se creyó.

A continuación hacemos un resumen de unas investigaciones rusas publicadas por el Atlantis Raising Educational Center de Portland, Oregon.

  • Se formaron carcinógenos virtualmente en todos los alimentos testados.
  • Ningún alimento fue expuesto a más cocción por microonda que la necesaria para conseguir el propósito, es decir, cocinar, descongelar o calentar. Esto es un resumen de los resultados:
  • Exponer a la acción del microondas carnes preparadas durante el tiempo necesario para asegurar un consumo adecuado provocó la formación de nitrosaminas, un conocido carcinógeno.
  • Exponer a la acción del microondas leche y granos de cereales convirtió algunos de sus aminoácidos en carcinógenos.
  • Descongelar fruta congelada convirtió su contenido de glucósidos y galactósidos en sustancias carcinógenas.
  • Una exposición extremadamente breve de vegetales crudos, cocidos y congelados convirtió los alcaloides en carcinógenos.
  • En plantas expuestas a la acción del microondas, especialmente vegetales raíz, se formaron radicales libres carcinógenos.

Disminución del valor nutricional.

Los investigados rusos también informaron de una marcada aceleración de la degradación estructural que lleva a una disminución del valor alimenticio de entre 60 y 90% en todos los alimentos testados. Entre los cambios observados se encuentra:

  • Disminución de la biodisponibilidad del complejo de vitamina B, vitamica C, vitamina E, minerales esenciales y factores lipotrópicos en todos los alimentos testados.
  • Distintas clases de daño en varias sustancias de las plantas, tales como alcaloides, glucósidos, galactósidos y nitrilósidos.
  • Degradación de las nucleoproteínas en carnes.

Se descubre la Enfermedad del Microondas.

Los investigadores rusos hicieron investigaciones en miles de trabajadores que habían sido expuestos a microondas durante el desarrollo del radar en los años 1950. Sus investigaciones mostraron problemas de salud tan serios que los llevó a establecer límites tan estrictos como 10 micro-vatios de exposición para trabajadores y 1 micro-vatio para civiles.

En el libro de Robert O. Becker, «The Body Electric» (La eléctrica(1) del cuerpo), él describe la investigación llevada a cabo por los investigadores rusos acerca de los efectos sobre la salud de la radiación de microondas, que ellos denominan «enfermedad del microondas». En la página 314 de su libro, Becker dice:

«… Sus primeros signos (de la «enfermedad del microondas») son presión baja y pulso lento. Las manifestaciones siguientes, mucho más conocidas, son excitación crónica del sistema nervioso simpático (síndrome de estrés) y presión alta.

Esta fase también incluye dolor de cabeza, mareos, dolor de ojos, insomnio, irritabilidad, ansiedad, dolor de estómago, tensión nerviosa, incapacidad de concentrarse, pérdida de cabello, más una creciente incidencia de apendicitis, cataratas, problemas reproductivos y cáncer.

A los síntomas crónicos, suceden crisis de agotamiento adrenal y enfermedad de corazón isquémico (bloqueo de arterias coronarias y ataques al corazón)…»

Según la Dra. Lee, los cambios se observan en la química de la sangre y en el índice de ciertas enfermedades entre los consumidores de alimentos expuestos a microondas. Los síntomas mencionados pueden fácilmente ser causados por las observaciones que se relacionan más abajo. A continuación hay un ejemplo de esos cambios:

  • Se observaron desórdenes linfáticos, que conducen a una disminución de la capacidad de prevenir determinado tipo de cánceres.
  • Se observó un incremento en el índice de formación de células cancerígenas en la sangre.
  • Se observó un aumento en el índice de cánceres de estómago y de intestino.
  • Se observaron índices más altos de desórdenes digestivos y un deterioro gradual de los sistemas de eliminación.

Conclusiones de las investigaciones sobre microondas.

Estas fueron las investigaciones alemanas y rusas más significativas en relación a los efectos biológicos de las microondas:

El estudio inicial fue llevado a cabo por los alemanes durante la campaña militar de Barbarossa, en la Humbolt-Universitat de Berlín (1942-1943).

Desde 1957 a la actualidad (hasta el final de la guerra fría), las investigaciones rusas se llevaron a cabo en el Instituto de Radio Tecnología de Kinsk, en la Región Autónoma de Bielorusia y en el Instituto de Radio Tecnología en Rajasthan, en la Región Autónoma Rossiskaja, ambas en la antigua URSS.

En la mayoría de los casos, los alimentos usados para los análisis de investigación fueron expuestos a propagación de microondas a un potencial energético de 100 kilovatios/cm3/segundo, hasta el punto considerado aceptable para consumo humano normal. Los efectos observados por los investigadores alemanes y rusos se presentan en tres categorías:

Categoría I, Efectos que producen cáncer.
Categoría II, Destrucción de los nutrientes de los alimentos.
Categoría III, Efectos biológicos de la exposición.

Los peligros ocultos de cocinar con microondas (1ª Parte)

¿Es posible que por ignorancia millones de personas estén sacrificando su salud a cambio de la comodidad de hornos microondas? ¿Por qué la Unión Soviética prohibió el uso del horno microondas en 1976? ¿Quién inventó el microondas y por qué? Las respuestas a estas preguntas podrían sorprenderte hasta el punto de tirar el tuyo a la basura.

Más del 90% de los hogares norteamericanos tienen horno microondas que se utilizan para preparar las comidas. Debido a el microondas es tan cómodo y ahorra energía en comparación con los hornos convencionales, son muy pocos los hogares o restaurantes que no lo usan. En general, la gente piensa que sea lo que sea que un microondas haga para cocinar los alimentos, no tiene efectos negativos ni sobre la comida ni sobre los que la comen.

Resulta obvio que si el microondas fuera nocivo de verdad, las autoridades nunca permitirían que se vendieran en el mercado. ¿No es así? ¿Permitirían su venta? Con independencia de lo que ‘oficialmente’ se haya dicho en relación a los microondas, nosotros (los autores de este artículo) en particular hemos dejado de utilizarlos basándonos en las investigaciones referidas en este artículo.

El propósito de este informe es dar prueba, demostrar que cocinar con microondas no es natural ni sano y que es mucho más peligroso para el cuerpo humano de lo que nadie podría imaginar.

No obstante, los fabricantes de microondas, los políticos de Washington y la naturaleza humana elemental están suprimiendo los hechos y las evidencias. Debido a esto, la gente sigue cocinando con microondas – bendita ignorancia – sin conocer los efectos y el peligro de lo que hacen.

¿Cómo funciona un microondas?

Las microondas son una forma de energía electromagnética, similares a las ondas de luz o de radio y que ocupan una parte del espectro electromagnético de la energía. En nuestra era tecnológica moderna, las microondas se usan para emitir señales telefónicas de larga distancia, programas de televisión e información de ordenadores a través de la Tierra o a un satélite en el espacio. Sin embargo, a la mayoría, las microondas no son más familiares como fuente de energía para cocinar alimentos.

Cada horno microondas contiene un magnetrón, es decir un tubo en el cual los electrones son afectados por campos eléctricos y magnéticos de tal forma que produce radiación de microondas de alrededor de 2450 megahercios (MHz) o 2.45 Gigahercios (GHz). Esta radiación de microondas interactúa con las moléculas del alimento.

Toda energía de onda cambia la polaridad de positivo a negativo con cada ciclo de la onda. En los microondas estos cambios de polaridad tienen lugar millones de veces cada segundo. Las moléculas de los alimentos -especialmente las moleculas del agua- tienen un polo positivo y negativo de la misma manera que un magneto tiene una polaridad norte y otra polaridad sur.

En los modelos comerciales, el horno tiene una potencia de entrada de alrededor de 1000 vatios de corriente alterna. Cuando estas microondas generadas desde el magnetrón bombardean los alimentos, hacen que las moléculas polares roten en la misma frecuencia millones de veces por segundo.

Todo este agitado crea una fricción molecular que calienta el alimento. Esta forma inusual de calentar también causa daños sustanciales a las moléculas circundantes, muchas veces rompiéndolas o deformándolas.

En comparación, las microondas del sol se basan en principios de corriente directa por pulsos (DC) que no crea calor por fricción; los hornos microondas usa corriente alterna (AC) y por lo tanto crean calor por fricción.

Un horno microondas produce longitudes de onda de energía puntiagudas, con todo el poder entrando en una sola frecuencia estrecha del espectro de energía. La energía del sol opera en una frecuencia amplia del espectro.

La longitud de onda determina el tipo de radiación, es decir, radio, rayos X, rayos ultravioletas, visibles, infrarrojos, etc.
La amplitud determina la extensión del movimiento medido desde el punto de inicio.
El ciclo determina la unidad de frecuencia, como por ejemplo, ciclos por segundo, hercios, Hz, o ciclos/segundo.
La frecuencia determina el número de sucesos dentro de un tiempo dado determinado (generalmente 1 segundo); el número de sucesos de un proceso recurrente por unidad de tiempo, es decir, el número de repeticiones de ciclos por segundo.
La radiación es igual a propagar energía con ondas electromagnéticas.

Nos han dicho que cocinar [o calentar]alimentos con microondas no es lo mismo que radiarlos (tratarlos con radiación). Se supone que ambos procesos usan ondas de energía completamente diferentes y con intensidad diferente.

Ningún estudio oficial del FDA (Food and Drugs Administration) o del gobierno ha probado que el uso actual del microondas es dañino, pero todos sabemos que la validez de los estudios es -muchas veces de forma deliberada – muy limitada. Muchos de estos estudios, con el tiempo, se demuestra que no son exactos. Como consumidores, se nos presupone un cierto grado de sentido común a la hora de hacer nuestras valoraciones.

Toma por ejemplo los huevos y como a finales de los 60 se «probó» que eran perjudiciales para nuestra salud. Esto trajo aparejado la creación de productos que imitaban al huevo y grandes beneficios para los que los fabricaban, mientras las granjas avícolas se iban a pique.

Ahora, ciertos estudios recientes patrocinados por el gobierno están diciendo que, después de todo, los huevos no son tan malos para el consumo humano. Así que ¿a quién debemos creer y qué criterio debemos usar para decidir sobre asuntos que se relacionan con nuestra salud?

Como actualmente se difunde -a propósito- que los microondas no producen fugas en el medioambiente cuando se usan adecuadamente y tienen el diseño aprobado, la decisión acerca de usarlos o no para cocinar los alimentos, o incluso, la decisión de comprarlos, queda en cada consumidor.

Los instintos maternos son correctos.

Desde un punto de vista humorístico, con el sexto sentido que toda madre tiene no se puede discutir. ¿Alguna vez lo has intentado? Los niños nunca le podrán ganar la partida a la intuición materna. Es como discutir con el brazo que apareció como por arte de magia y te contuvo contra el respaldo del asiento cuando tu madre pisó el freno del coche.

Muchos de nosotros venimos de una generación en la que madres y abuelas que no confían en la cocina moderna del ‘dentro fuera’ porque decían que no era adecuado para la mayoría de los alimentos. Mi madre se negó incluso a cocinar algo en un microondas. Tampoco le gustaba el sabor de una taza de café calentada en un microondas. Tengo que darle la razón y no puedo discutir ni una cosa ni la otra. Su propio sentido común y sus instintos le decían que cocinar en microondas no podía ser natural ni podía hacer que los alimentos tuvieran el sabor que se suponía debían tener.

A contra gusto, hasta mi madre sucumbió a recalentar sobras de comida en un microondas debido a su agenda de trabajo antes de retirarse.

Muchas otras piensan del mismo modo pero se las considera una minoría anticuada de la época anterior a los años 1970 cuando los microondas inundaron el mercado por primera vez.

Como la mayoría de los adultos jóvenes de esa época, cuando el horno microondas se hizo común, elegí ignorar la sabiduría intuitiva de mi madre y me uní a la mayoría que creía que las ventajas de cocinar con microondas eran demasiadas para creer que pudiera tener algo perjudicial.

Apúntale un tanto a la percepción de mamá porque aún sin conocer las razones científicas, técnicas o sanitarias de por qué, sencillamente sabía que los microondas no podían ser buenos, basada en cómo sabían los alimentos cuando se los cocinaba en ellos. Tampoco le gustaba cómo cambiaba la textura de esos alimentos.

Los microondas no son seguras para la leche de los niños.

Se han hecho públicas algunas advertencias pero han pasado casi desapercibidas. Por ejemplo, «Young Families» (Familias jóvenes), el Servicio de Extensión para Minessota de la University of Minnesota, publicó lo siguiente en 1989:

«Aunque los microondas calientan los alimentos rápidamente, no son recomendables para calentar los biberones. Puede que el biberón parezca fresco al tacto pero el líquido en el interior puede estar extremadamente caliente y quemar la garganta y boca del bebé.

También, la formación de vapor en un contenedor cerrado, como el biberón, podría hacerlo explotar. Calentar el biberón en un microondas puede producir pequeños cambios en la leche. En fórmulas infantiles, puede darse una pérdida de algunas vitaminas.

En el caso de que se trate de leche materna, algunas propiedades protectoras podrían destruirse. Calentar el biberón manteniéndolo bajo un chorro de agua caliente o en una ollita y luego probar en la muñeca antes de alimentar al bebé puede que tome algunos minutos más, pero es mucho más seguro».

La Dra. Lita Lee de Hawaii publicó en Lancet, el 9 de diciembre de 1989:

«Dar microondas a fórmulas infantiles convirtió algunos aminoácidos de forma ‘trans’ en sus isómeros sintéticos de forma ‘cis’. Los isomeros sintéticos, sean aminoácidos de forma ‘cis’ o de forma ‘trans’ no son biológicamente activos.

Más aún, uno de los aminoácidos, la L-prolina, se convirtió en su isómero-d, que es conocido por ser neurotóxico (tóxico para el sistema nervioso) y nefrotóxico (tóxico para los riñones). Ya es suficientemente malo que muchos niños no sean amamantados, encima ahora se les da leche falsa (fórmulas infatiles) que se vuelve más tóxica al calentarla con microondas.»

La sangre calentada en microondas mata a un paciente.

En 1991, hubo un juicio en Oklahoma relacionado con uso hospitalario de un horno microondas para calentar la sangre necesaria en una transfusión. El caso involucraba a una paciente de cirugía de cadera, Norma Levitt, que murió por una simple transfusión de sangre.

Parece que la enfermera calentó la sangre en un microondas. Esta tragedia destaca que hay mucho más en calentar con microondas que lo que nos han dado a creer. La sangre para las transfusiones habitualmente se calienta, pero no en horno microondas. En el caso de la Sra. Levitt, las microondas alteraron la sangre y eso la mató.

Resulta obvio que esta forma de calentamiento por radiación de microondas hace algo a las sustancias que calienta. También es bastante evidente que las personas que procesan comida en un microondas también están ingiriendo estos ‘algos desconocidos’.

Debido a que el cuerpo es electroquímico por naturaleza, cualquier fuerza que interrumpa o cambie los sucesos electroquímicos humanos afectará la fisiología del cuerpo. Esto se describe con más detalle en el libro de Robert O. Becker, «The Body Electric» (La Eléctrica(1) del cuerpo), y en el libro de Ellen Sugarman, «Warning, the Electricity Around You May Be Hazardous to Your Health» (Cuidado: la electricidad que te rodea puede ser peligrosa para tu salud).

Hechos y evidencias científicas.

En el «Comparative Study of Food Prepared Conventionally and in the Microwave Oven» (Estudio comparativo sobre comida preparada de forma convencional y comida preparada en horno microondas), publicado por Raum & Zelt en 1992, 3(2):43, se dice:

«Una hipótesis básica de la medicina natural establece que la introducción en el cuerpo humano de moléculas y energías, a las que no está acostumbrado es mucho más probable que causen daño que beneficio.

La comida de microondas contiene tanto moléculas como energías que no están presentes en la comida cocinada de la forma que los humanos lo vienen haciendo desde el descubrimiento del fuego. La energía de microondas del sol y otras estrellas se basa en corriente directa (DC).

Las microondas producidas artificialmente, incluyendo la de los hornos microondas, se producen por corriente alterna y fuerzan un billón o más de cambios de polaridad por segundo en cada molécula de alimento que golpean.

La producción de moléculas antinaturales es inevitable. Los aminoácidos naturales, se ha observado, pasan por cambios isoméricos (cambios en su forma morfológica) y también por transformaciones hacia formas tóxicas bajo el impacto de las microondas producidas en hornos.

Un estudio de corta duración encontró cambios significativos y preocupantes en la sangre de individuos que consumían vegetales y leche cocidos o calentados en microondas. Ocho voluntarios tomaron varias combinaciones de los mismos alimentos cocinados de formas diferentes.

Todos los alimentos que fueron procesados usando microondas causaron cambios en la sangre de los voluntarios. Los niveles de hemoglobina descendieron y los niveles generales de células blancas y colesterol aumentaron. Los linfocitos disminuyeron.

Se emplearon bacterias luminosas (que emiten luz) para detectar los cambios energéticos en la sangre. Se encontraron aumentos significatvos en la luminosidad de estas bacterias cuando se las expuso a suero sanguíneo extraído después de haber consumido alimentos cocinados en microondas».

NOTA DE TRADUCCION:
(1) Igual que se habla de la ‘química’ del cuerpo en relación a los procesos químicos que tienen lugar en el organismo, en este caso ‘eléctrica’ se refiere a los procesos eléctricos.